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Alzheimer: Cómo ayudar a los más pequeños a sobrellevar la enfermedad en un familiar

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El amor de los abuelos suele ser paciente, suave, dulce, divertido e incondicional. Ellos son quienes acompañan con sabiduría el trabajo parental que ahora te toca hacer a ti. Son grandes amigos, confidentes y compinches y, siempre, siempre, tienen tiempo y muchas ganas de jugar al té, de armar un buen rompecabezas y  de usar alguna máscara de superhéroe mientras dibujan un bosque de hadas, duendes y seres mágicos.

Pero un día cualquiera llega la pregunta:

“Mamá, ¿por qué el abuelo no se acuerda de mi nombre?”

Esta situación  es dolorosamente  frecuente. Y es que  así como la muerte es parte de la vida, las enfermedades y dolencias en las personas que más queremos, también lo son.

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que afecta la memoria y otras funciones mentales. Suele manifestarse en las personas mayores como un deterioro cognitivo leve hasta convertirse en una pérdida total de la identidad y de la capacidad para realizar acciones  simples y mecánicas como cepillarse los dientes o ponerse la ropa. Finalmente termina en la necesidad de un cuidado permanente.

Qué tarea tan difícil la de acompañar a nuestros viejitos cuando la suerte (la mala) les ha regalado una enfermedad tan penosa como esta. Una  que les arrebata la dignidad y en la que no sólo padecen ellos, si no todos en la familia, incluso lo más chiquititos de la casa.

Los niños, por jóvenes que sean, notan cada cambio (bueno y malo) que afecta la dinámica familiar, y no es que no entiendan nada de lo que sucede a su alrededor (como a veces creemos), es solo que no siempre tienen los recursos para ordenar lo que pasa en sus cabecitas o su corazón. 

Alzheimer: Cómo ayudar a los más pequeños a sobrellevar la enfermedad en un familiar

El Alzheimer puede generar muchas dudas, confusión, preocupación y hasta temor en los niños, pues los abuelos (quienes suelen desarrollar esta enfermedad) empiezan a olvidar quiénes son, con frecuencia no saben dónde están y algunas veces  reaccionan violentamente. Esto puede hacer que tus hijos sientan que ya no son amados por sus seres queridos o incluso que han hecho algo malo provocando sentimientos de culpa, rechazo, frustración e inseguridad. Es por esto que se recomienda hablar con ellos, pues esta  es la mejor forma de guiarlos por la vida y ayudarlos a aceptar con naturalidad esas cosas que no podemos cambiar.

Si tú y tu familia están pasando por una situación así, tal vez esto te sirva:

 

  1. No existe una fórmula única para abordar un tema tan delicado como este, pero sin duda hablar claramente con tus hijos es un primer paso que deberás dar y que tendrá buenos resultados.

 

  1. Es importante brindar información clara y concisa para que tus niños entiendan que la conducta extraña de los abuelos es producto de una enfermedad y no la culpa de nadie (menos de ellos). Deben saber qué esperar de una situación así y tal vez, poder anticipar algunas conductas, hará menos tristes y más llevaderos los días malos.

 

  1. Usar un lenguaje apropiado para la edad de tus hijos es la la clave para una conversación que resulte exitosa. No es lo mismo hablar con niños de 5 años que con adolescentes, pues ambos manejan códigos e información diferente. Utiliza conceptos, ejemplos y palabras que conozcan y puedan entender y si usas términos nuevos, asegúrate de explicar  lo que significan.

 

  1. No los juzgues por lo que sienten. Tal vez se mostrarán enfadados o incómodos ante los cambios y los días malos y es algo que debemos manejar con inteligencia, paciencia y respeto. Una enfermedad como la demencia o el Alzheimer no es fácil para ningún miembro de la familia. No les digas que no sientan lo que sienten, más bien ayúdalos a entender sus sentimientos para lograr manejarlos.

 

  1. Empezar a hablar de una enfermedad que no tiene cura en la familia es algo delicado, por lo que debes estar preparada para escucharte decir ciertas cosas, lista para responder preguntas con la verdad y dispuesta a resolver las situaciones que surjan a partir de esta conversación. Tómate el tiempo de preparar un momento que te permita afrontar esta charla familiar con seguridad y una postura positiva.

 

  1. El amor es un arma poderosa, no lo olvides. Seguro vas a enfrentar momentos muy difíciles que te harán sentirte perdida y a tus pequeños también. Aunque no sea lo más fácil, hablen de los momentos felices, de los recuerdos divertidos, de las cosas que los hacían sonreír juntos. Vean las fotos en los álbumes familiares, donde  los abuelos todavía son ellos tal y como los quieres recordar.

 

  1. Involucra a tus hijos en la nueva dinámica de tener un paciente con Alzheimer en la familia, haciendo que ayuden  en pequeñas cosas que los hagan sentir que son parte de la “solución”, que los haga responsables e importantes cuidadores de esa persona que aman y que, en sus días buenos, no ha olvidado cuánto los ama.

 

Llorar está bien, reír también lo está y no debe haber culpa en ello. Es saludable hablar de lo que extrañamos, asumiendo la nueva forma de vivir tal y como es, pero intentando buscar el lado positivo de la vida juntos en un camino que te tocó caminar y que, con suerte,  fortalecerá el vínculo entre tus hijos y tu.

 

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