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Cuando mamá necesita tiempo a solas durante la cuarentena

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La crianza no es un asunto fácil de manejar y está llena de sentimientos que muchas veces se contradicen entre sí: en un momento crees que tus hijos son los mejores del mundo, y al otro te parecen los bichos más antipáticos de todo el universo. Pero aún así los amas con locura y no puedes evitar preguntarte ¿cómo es posible sentir todo eso al mismo tiempo?. Tranquila, no eres la única que pasa por esto y que trata de responder una de las grandes incógnitas de la maternidad, uno de esos misterios que seguirán sin resolverse hasta el final de los tiempos.

Pero volviendo a la realidad, es indiscutible que tienes derecho a sentir molestia, frustración y algo de descontrol mientras educas a tus niños, los acompañas y los ayudas a hacer tareas o trabajos grupales, y por su puesto a resolver las (siempre presentes) peleas entre ellos. Pero al mismo tiempo, como adulta, tienes la responsabilidad de manejar tus emociones, reconocer que se trata solo de un mal rato o un mal día, resolverlo y seguir adelante por el bien de tus hijos, y de toda tu familia (incluyéndote a ti, por su puesto). 

¡Qué barbaridad!, tu trabajo nunca acaba

Y seguro que en tu experiencia como mamá has encontrado maneras efectivas para desfogar toda tu energía y reactivar tu casi extinta paciencia, pero claro, todo esto en  circunstancias ordinarias y regulares (no en cuarentena), en las que puedes escaparte a ver el mundo de cuando en cuando y sentir que vuelves a respirar, por lo que no sería nada raro que en estos meses de encierro hayas sentido más que nunca, la necesidad y hasta la urgencia, de tener aunque sea un poquito de tiempo y espacio para ti,  a solas, sin escuchar voces de cornetita llamándote para todo y para nada. Pero a veces no queda más remedio que respirar para no llorar, mientras tratas de encontrar equilibrio entre tus emociones y tus responsabilidades.

Pero ¿cómo lograrlo?, Lamentamos decirte que NO existe una receta única que te de una salida para eso que atraviesas, ni tampoco una fórmula infalible para no sentir que pierdes la guerra en cada batalla. Lo que sí existe es una serie de recomendaciones que puedes probar y ver si generan bienestar en tu ser, calma y serenidad. Es muy importante que estos retos y dificultades de la crianza no se conviertan en una forma de vivir, pues no deben  ganarle a lo maravilloso que puede ser crecer junto a tus hijos, y aunque algunos días parezca imposible, trata de poner en práctica estas ideas bajo la premisa de que seguiremos muy juntos durante algún tiempo más y que pensar positivo se convierte en sentir positivo.

Sobre el descanso

Mantente firme en las rutinas de tus niños. Que duerman temprano es un beneficio mutuo: ellos descansan lo necesario y tu tienes un poquito de tiempo para ti, antes de desplomarte y quedar inconsciente hasta que suene tu alarma, cante el gallo o los pajarito te despierten como  a la Cenicienta.

Sobre la comida

Parece un poco obvio hablar de una alimentación saludable, así que esto no tiene que ver con lo que comes, si no con lo que sucede mientras lo haces. Una vez a la semana come sola, en tu cuarto, en el patio, en la ventana o en la escalera de tu edificio. No te sientes con tus niños, pues insistir en que terminen, en que no se empujen, no se escupan los arrocitos mientras explotan en risa o que se les chorree el yogur en la ropa limpia, es simplemente imposible y no ayuda en la digestión. Una comida sólo para ti cada 7 días, puede darte ese extra que te ayuda a seguir.

Sobre el ejercicio

Ya tienes la posibilidad de salir a correr y a hacer ejercicio con la distancia correspondiente y el cuidado que toda persona responsable debe tener, así que hazlo. No  es necesario que sea todos los días y tampoco importa si no eres fondista, al menos sal a hacer una caminata rápida, o no tan rápida, pero sin tus hijos.

Sobre la música

Encuentra momentos para escuchar lo que más te gusta y que hace rato no le das play. Mientras te bañas, mientras cocinas, mientras terminas un trabajo o a la hora del desayuno, antes que todos empiecen sus clases virtuales, o las reuniones importantísimas que no deben ser interrumpidas. Y si no tienes una radio, canta como si fueras una estrella mundial de la música: sin vergüenza, sin reparos ni prejuicios. Te sentirás ligera, de buen humor y menos cansada, como si te hubieran hecho cariño en el corazón.

Sobre la comunicación

Es muy cierto que tu eres quien debe guiar a tus niños por el mundo, quien debe dar las respuestas y resolver las situaciones que se presentan en la vida, pero también es cierto que a veces no tienes idea de como hacerlo y sólo necesitas una pausa. Habla con tus niños y explícales que de vez en cuando es importante que estés tu sola con tu soledad para poder abrazarlos con más ganas y más fuerza que nunca. Si  sabes explicarlo sin culpa ni pena, ellos sabrán entenderlo con amor y respeto.


Tú sabes lo mucho que amas a tus hijos y ellos saben que tu amor es incondicional, así que nunca sientas culpa de necesitar y ejercer tu derecho al tiempo a solas, pues todo lo que te haga sentir bien a ti, puede ayudar a una convivencia basada en la armonía y el respeto.



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