Luego de todo este tiempo en casa definitivamente ya eres una experta de las recetas súper rápidas, de las rutinas de cuarentena, de las manualidades, de las conexiones y clases virtuales. Lo has logrado y estás ahí todo el tiempo, como si te multiplicaras por mil. Pero ¿No te ha pasado que aunque estás físicamente en el mismo lugar con tus niños, algunas veces tu atención está en una de las tantas otras cosas que tienes que hacer?. Seguro que sí, y es perfectamente normal que eso suceda.

Tus responsabilidades son tantas que al tratar de cumplir con todas y cada una de ellas, el tiempo que pasas con tus hijos no siempre es el que quisieras: tiempo de calidad.

Pero ¿Qué significa realmente pasar tiempo de calidad con ellos?

Pues nada más que estar presente en mente y corazón (si, todo al mismo tiempo). Significa disfrutar de su compañía y que ellos disfruten de la tuya. Se trata de ser conscientes de ese tiempo que pasan juntos, sin ponerlos en pausa constantemente cuando recibes una llamada o una notificación en tu teléfono, y aunque hay algunas cosas que no puedes posponer, hay otras que no deberías anteponer al tiempo con tu familia.

¡Qué complicado lograr que una actividad juntos (la que sea) se convierta en una recuerdo cálido y maravilloso que se guarde en sus corazoncitos por siempre!. Pues no es tan complicado como parece, en realidad es sencillísimo, sólo necesitas estar ahí, muy presente, muy atenta, con ganas de jugar como niña y estar dispuesta a sorprenderte, decir lo que sientes y reír a carcajadas si la situación lo amerita. 

¿Se te ocurre alguna forma de hacerlo?. No te preocupes que tenemos algunas ideas que puedes aprovechar.

Fotografías familiares

Siempre es lindo recordar con imágenes la primera sonrisa de tus niños, sus pasitos torpes, sus momentos felices soplando velas de cumpleaños. Ver cuánto han cambiado en tan poco tiempo es una forma concreta de entender el paso del tiempo. Ver fotos de mamá o papá, de los abuelos o familiares cuando eran más jóvenes, puede hacer que tus hijos entiendan con claridad de dónde vienen y quiénes son. Ver sus propias fotos, hace que puedan recordar hechos y sucesos de su vida que parecían olvidados. Invítalos a jugar un juego en donde adivinen la edad de quien aparece en la foto, su nombre ( si no lo saben) o cualquier otro dato que sea relevante y divertido. 

Juegos de mesa

Ludo, damas, pictionary, naipes, monopolio o el juego que tengas en casa, pueden significar grandes posibilidades de pasar un buen momento con tus hijos. Además, estos ayudan a los niños a mejorar y desarrollar sus habilidades lógico matemáticas, sus estrategias y razonamiento. 

Adivinanzas

Este juego es, en realidad, un gran ejercicio mental para todos los participantes. Es simple y se trabaja la agudeza mental y el sentido crítico, pues deben escuchar con atención, comprender y asociar ideas para encontrar una respuesta. Favorece el área de de comunicación oral y motiva a los niños a mostrar lo mejor de ellos mismos, ofreciéndoles retos que deben intentar superar. Prueba inventando nuevas adivinanzas, solo tienes que escoger un objeto de casa y describirlo de manera misteriosa.

Lápiz y papel

Un lápiz, lapicero, colores o lo que tengas a mano y un poco de papel, pueden ser suficientes para entretener a tu familia, mientras juegan ahorcado, tuttifruti o a adivinar el dibujo sin ayuda de las palabras.

Contar un cuento colectivo

Sólo necesitas empezar con el muy famoso: “Había una vez..” y seguir con lo más fantástico y descabellado que se te ocurra. Luego cada uno de tus hijos debe continuar la historia inventando personajes, escenarios, batallas, bailes, hechizos o cualquier aventura fabulosa que se vaya tejiendo. No olvides tener una grabadora cerca, tal vez logren crear la mejor historia del mundo, mientras juegan juntos.

Bailes y coreografías

Nada más energizante que un baile sin vergüenza ni preocupación. Sólo necesitan la música o canción que más les guste e inventar una coreografía divertida para sentir que el trabajo en equipo, es el mejor trabajo de todos. Usa maquillaje, peinados y vestuario, para hacer de esto algo aún más especial. Pon tu celular en un lugar seguro, y dale  play para empezar a grabar.

Juegos antiguos

¿A qué jugabas cuando eras niña? Tal vez es tiempo de compartir con tus hijos lo que te encantaba hacer cuando tenías su edad. Busca un elástico para saltar liga. Con un poco de masking tape, marca un Mundo en el suelo y rétalos a ganarte. Si tienes yaxes y una pelotita, siéntate en el suelo y que empiece el campeonato. 

Estas son solo algunas ideas, pero seguro recuerdas de más juegos como estos.

El frasco de los mensajes positivos

Necesitas un frasco de vidrio de boca ancha, un lápiz, papeles y muchas ganas de resaltar las cosas buenas en otras personas. Cada día (y sin que nadie vea) debes tomar un papel y escribir algo positivo de un miembro de tu familia y colocar su nombre. Todos deben hacer lo mismo. Al final de la semana deben sentarse juntos y leer todos los mensajes. Siempre es bueno saber que lo demás te aprecian y reconocen tu gentileza, belleza, inteligencia, etc.

Trivia familiar ¿Qué sabemos de nosotros?

Este juego es muy sencillo y consiste sólo en hacernos preguntas. La idea es que cada participante o miembro de la familia, plantee a los demás, algunas preguntas sobre sí mismo. ¿Donde se conocieron mamá y papá?, ¿Cómo se llama mi mejor amigo?, ¿Cuál es mi cantante favorito?, ¿Cuál es el libro que estoy leyendo?, ¿A donde sueño con viajar?. De esta forma, intentamos conocernos mejor, promovemos la comunicación y el interés familiar y nos sentimos seguros de recibir la atención que necesitamos.

Como ves son solo ideas que tienen como objetivo estrechar los vínculos familiares y reforzar la convivencia saludable en tu hogar. Cuando los niños tienen una relación de apego seguro, basada en vínculos afectivos sólidos y positivos con los miembros de su familia, se sienten más seguros de ellos mismos, más independientes y están dispuestos a perseguir cualquier sueño que quieran alcanzar. No tienen miedo de buscar respuestas a las preguntas que se formulan y caminan por la vida con la certeza de que cualquier tropiezo no es necesariamente el final de algo, si no una experiencia más que sumar a su historia personal.