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Aquí tienes las claves para ayudar a tus hijas e hijos con el paso a la adolescencia

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La adolescencia es una etapa muy complicada por la que todos los niños deberán pasar. Nuestros pequeños se ven envueltos en una vorágine hormonal que los hace cambiar y pasar de un estado de ánimo al otro.  El paso de la felicidad a la ira es tán rápido como inexplicable, por lo que muchas veces no logran entender esos procesos abruptos por los que transitan y que caracterizan esta etapa agridulce de su desarrollo.

Este proceso  de cambios externos e internos, sucede al mismo tiempo junto con otros grandes cambios, como por ejemplo en el ámbito académico.Las clases se vuelven más difíciles y los maestros más exigentes y es muy común que los adolescentes pierdan la motivación, pues su universo emocional está en constante construcción y los “derrumbes” son frecuentes en ellos.

El colegio se vuelve más exigente y sus relaciones sociales, también, lo que sumado a todo lo anterior produce una gran cantidad de rebeldía,  ausencia de comunicación y sobre todo  falta de motivación.

Pero para entender muy bien el por qué de esta baja de entusiasmo, debemos tener en cuenta algunos factores que contribuyen a su bajo nivel de motivación.

Cambios en su cuerpo:

Entre los 10 y los 14 años, las niñas y niños atraviesan un camino de cambios tanto físicos, como emocionales. Sus cuerpos cambian y su interior, también. Las niñas menstrúan y comienzan a convertirse en mujeres jóvenes, mientras que los niños cambian  el color de su voz y se llenan de vello corporal.

Estos cambios pueden hacer sentir inseguros a los niños y los hace compararse con otros como ellos, lo que muchas veces los llena de frustración y los vuelve irritables.

Cambios en sus emociones:

Las niñas y niños pre púberes y adolescentes, están tan inmersos en su proceso de cambio, que es muy difícil sostener su atención en algo que no sea lo que están sintiendo. Algunas veces se trata de querer un cuerpo parecido al de las revistas y otras veces con no pertenecer al grupo de los niños populares.

Se enamoran de su amiga/ amigo de toda la vida y el corazón se les rompe. Ha llegado el fin del mundo y con él desaparece la motivación, pues sus emociones y la falta de experiencia los superan, ahogándolos en un mar de dolor que acabará en dos semanas con el siguiente gran amor de sus vidas.

La escuela:

No es extraño que durante este proceso los niños y las niñas se “desconecten” de sus responsabilidades escolares al sentir que la escuela o sus maestros no los entienden. Se sienten solos en el mundo y pierden las ganas de aprender. Algunas veces tienen que ver con una situación específica con algunos compañeros, por lo que debemos insistir en la comunicación.

Presión social:

Algunas niñas y niños creen que ser populares es más importante que encontrar un equilibrio entre la vida social saludable y el estudio.  Sucede con frecuencia que presionan a los otros niños y niñas hasta el punto de convencerlos de que ser estudioso o aprovechar la escuela, es de “cerebritos aburridos'' y según ellos, eso es malo.

La percepción de la inteligencia:

Los adolescentes suelen ser muy conscientes de cuánto empeño deben poner para lograr lo que otros compañeros consiguen sin esfuerzo. Esta comparación los hace dudar de sus capacidades y los hace creer que “no son inteligentes”, por lo que pueden llegar a sentirse derrotados incluso antes de empezar o si quiera intentar hacer algo, lo que sin duda alguna, los llevará a un punto de extrema desmotivación.

La vida no es igual para todos:

Todos somos distintos en nuestras ideas, nuestro sentir y en la vida que vivimos. No todas las familias tienen la misma capacidad adquisitiva, por lo que los niños no tienen las mismas oportunidades de tomar clases extracurriculares, comprar libros o hacer viajes para acumular experiencias. Estas diferencias pueden desmotivarlos, creando en ellos la idea de que nunca podrán lograr tanto como otros.

Ahora que ya sabemos cuáles pueden ser los motivos de una baja de motivación en los adolescentes, tal vez estos consejos puedan ayudarnos a mantenerlos positivos, animados y  muy motivados.

Demos un buen ejemplo:

Aunque no siempre sea fácil y con frecuencia sintamos la necesidad de olvidarnos de todas nuestras responsabilidades, debemos hacer un esfuerzo y demostrar a nuestros niños lo comprometidos que estamos con nuestras elecciones de vida. Vernos cumplir cabalmente nuestros compromisos, será de gran beneficio para nuestros hijos mientras construyen su identidad y fortalecen su personalidad. Además reforzaremos el mensaje de que con esfuerzo todo es posible.

Ofrezcamos apoyo:

Apoyar a nuestros niños no es decirles lo buenos que son en algo, aunque claramente no lo sean. Apoyarlos es acompañarlos y ayudarlos a encontrar algo que realmente puedan hacer bien y que disfruten haciendo. Sentir que son buenos para algo los mantendrá muy motivados y tal vez les de la fuerza para intentar cosas nuevas.

Valoremos su esfuerzo:

Enseñemos a nuestros niños a ponerse metas para lograr grandes cosas, pero valoremos su proceso para que ellos aprendan a valorarlo también. No importa lo que hagan, si no cuánto se esfuercen en conseguirlo.

Identifiquemos sus fortalezas:

Claramente no todas las personas poseemos las mismas habilidades. Unos somos buenos para los números, otros para los deportes, otros para las letras o el arte. Nuestros hijos también tienen talentos que debemos ayudar a encontrar en sí mismos. De esta manera podrán desarrollar y potenciar sus habilidades y concentrarse en sus fortalezas más que en sus debilidades.

Aquí tienes las claves para ayudar a tus hijxs con el paso a la adolescencia

Busquemos las actividades adecuadas:

Los adolescentes necesitan tener espacios donde desarrollar esas habilidades que los acompañan. Muchas veces un adolescente “aburrido” es una niña o un niño que no ha encontrado donde volcar todo su talento. Nos toca ayudarlos a encontrar esos espacios, ya sean clases de idiomas, algún deporte o lo que sea que les interese mucho. Aunque no siempre podemos costear las actividades extracurriculares, siempre podemos recurrir a internet para buscar alternativas con tutoriales y videos.

Hablemos con sus maestros:

Nuestras niñas y niños adolescentes no nos contarán todo y eso es un hecho. Es por eso que es esencial mantener una comunicación constante y muy honesta con sus maestros. De esta manera si surge un problema en la escuela, podremos manejarla en equipo desde el primer momento y así lograr que nuestros hijos no pierdan la motivación.

Seamos realistas:

Es imposible no tener expectativas sobre nuestros hijos. Los amamos  y queremos lo mejor para ellos en todo sentido, aunque lo que nosotros consideramos “ lo mejor”, tal vez no lo sea en su caso. No porque nosotros éramos los mejores jugadores de fútbol o los nadadores más rápidos o los más hábiles con la guitarra, significa que nuestros niños también lo serán. No los forcemos a realizar una actividad solo porque son altos, fuertes o tienen manos grandes. Tomemos en cuenta lo que les gusta y les interesa para lograr que se comprometan a ser los mejores en lo que elijan.

Seamos pacientes:

Este sea tal vez el consejo más importante de todos. Respiremos profundo y encontremos las palabras y acciones adecuadas para guiar a nuestros niños en este difícil proceso de la adolescencia. Si logramos hacerlos sentir valiosos y amados, seguro lograremos motivarlos para que consigan todo lo que se propongan.

Nuestras niñas y niños están cambiando y están creciendo y necesitan tiempo para descubrir quienes son y quienes quieren ser. Si logramos ayudarlos a que se mantengan motivados, lograr sus objetivos será cada vez menos complicado y poco a poco conseguirán encargarse por sí mismo de cada tarea que les toca realizar en esta etapa, con el fin de construir esas personas increíbles de hoy,  que se convertirán en adultos maravillosos mañana.
 




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