Hablar en público es uno de esos grandes temores que acompaña a las personas desde siempre, para siempre y sin una explicación aparente. Este temor aparece durante la infancia y en muchos casos no se va nunca. En algunas ocasiones este temor es tan fuerte que no permite el cumplimiento de las responsabilidades que adquirimos como adultos, haciendo difícil la realización de metas, sueños o incluso, deberes.

¿A tus pequeños les cuesta hablar en público? tranquila, no es extraño que a un niño le resulte intimidante hablar delante de otras personas, que se avergüence de ser el centro de atención o incluso se paralice sin poder hacer o decir una sola palabra, sintiéndose triste, inadecuado y hasta menos que otros niños y niñas. Pero esto no tiene por qué acompañarlos el resto de su vida y tú tienes la posibilidad de ayudarlos a superar esta dificultad con algunas acciones que  son muy simples de realizar, pero que son poderosas en cuanto a efecto. Si quieres ayudar a tus hijos a perder el miedo a hablar en público, sin duda estos consejos harán la diferencia.

¿Cómo ayudar desde casa?

Lo más probable es que las niñas y niños deban enfrentarse en la escuela a una audiencia bastante crítica y poco mesurada, como son sus compañeros de clase o chicos de otros salones, al dar un examen oral, participar de una actuación, exponer un trabajo en clase o compartir sus experiencias después de las vacaciones de verano. Todo parece muy normal, muy común y nada difícil, pero para una niña o un niño con gran temor a convertirse en un objeto de fácil comparación, hacer esto puede consumir toda su energía, su fuerza interior y su serenidad y generar grandes problemas de autoestima, reflejándose en sus relaciones sociales y su desempeño académico.

Si quieres encaminar a tus pequeños y ayudarlos superar sus temores de hablar en público, es importante que sigas estas acciones, empezando por:

• No hablar por ellos. Cuando los niños son pequeños con frecuencia respondemos por ellos cuando alguien pregunta su nombre automáticamente, en vez de impulsarlos y animarlos a dar una respuesta por sí mismos. Es un hábito que seguro podemos cambiar con un poquito de esfuerzo, pero sin ningún problema. Invitemos a nuestros niños a usar su voz sin miedo. 
• Hacer que practiquen. Podemos crear algunas situaciones donde los niños puedan simular que hablan delante de otros niños, pero en realidad lo hagan en casa frente a su familia, sintiéndose seguros y a salvo. En estas prácticas los niños pueden contar cosas tan simples como lo que comieron en el almuerzo, los pasos que siguen para crear una animalito de origami o lo que hicieron el fin de semana.
• Incursionar en el teatro. Si bien participar de un taller de teatro podría ser demasiado para una niña o un niño con temor a hablar en público, hacer una función de teatro familiar es una fabulosa opción para ir soltando ese miedo tan profundo. Tal vez se puede invitar a algún familiar de confianza como abuelos o tíos para aumentar la dificultad de a poquitos, sin que signifique una experiencia extrema.  

• Estar muy bien preparados. Cuando exponer delante de otras personas que no son mamá y papá, sea inevitable, estar muy bien preparados es una gran herramienta. Para eso podemos ayudar a los niños a recopilar la información que necesitan, organizarla, hacer mapas conceptuales y material didáctico que los ayude a recordar cada punto importante de la exposición. También podemos hacer una lista de preguntas que otros podrían plantear durante la exposición en clase, de esta manera se sentirán seguros al haber asimilado bien los conceptos estudiados.
• Que hablen con libertad. Muchas veces cuando los niños están contando una historia o una experiencia que pasaron en el colegio, los interrumpimos con cosas que creemos son más importantes que las que nos están compartiendo en ese momento. Respetemos su tiempo para hablar y dejemos que sepan que lo que tienen para decir, sí es importante.
• Técnicas de respiración. Respirar profundamente y de manera consciente, puede ayudar a los niños a superar un momento de mucha angustia, ansiedad o temor. Practiquen juntos una respiración que sostenga el aire por unos segundos antes de soltarlas y que se repita 5 veces. Esto ayudará a los niños a manejar algunos momentos de angustia y continuar con más calma.
• Un objeto de apoyo. Para algunas personas es de mucha ayuda sostener entre sus manos algún objeto significativo o que ayude a combatir el estrés, como esas pelotitas suaves o un cubo sensorial. Busquen juntos algo que redireccione el nerviosismo y los ayude a enfocarse en lo que está sucediendo.
• Celebrar cada logro. Es muy importante que tus niños sepan cuando han hecho algo bien y más aún cuando lo hicieron increíble. Celebra con ellos cada acierto y felicítalos por lo que logran, de esta manera tendrán mucha motivación para seguir mejorando.

Todos tenemos temores, todos somos diferentes y sentimos el mundo de manera distinta, pero si enfrentamos nuestros miedos y encontramos estrategias para vencerlos, podemos lograr todo lo que nos propongamos. Ayudemos a nuestros pequeños a superar los obstáculos de la vida con actitud positiva, creatividad y mucho amor.