En la vida de un estudiante, encontrar el equilibrio perfecto entre el estudio y el descanso es crucial para mantener la productividad y la salud mental. Muchas veces, la carga de trabajo te puede hacer sentir abrumado, pues cuando estás en época de exámenes o entrega de trabajos y monografías,  la cantidad de pendientes te pueden llevar a enfrentar largos periodos de estudio sin descanso. Sin embargo, al contrario de antiguas costumbre relacionadas al estudio,  tomarse tiempo para descansar no solo es beneficioso, sino también necesario para un real aprovechamiento del tiempo y un rendimiento óptimo. En este artículo, exploraremos por qué los descansos deben ser parte de tu plan de estudio y tu tiempo para hacer tareas, siempre.

¿Qué le pasa a tu cerebro cuando no descansa?

El cerebro humano necesita tiempo para recuperarse y procesar la nueva información que adquiere. Cuando no descansas suficiente, tu capacidad para concentrarte, recordar información y tomar decisiones se ve gravemente afectada, por lo que sin importar cuántas horas dediques a tus tareas o cuántas veces leas el mismo capítulo del libro, si no haces pausas para recuperar la frescura de tu mente, no lograrás retener los mejores resultados. Estudios han demostrado que la falta de descanso puede provocar:

• Disminución de la concentración y atención: Sin descansos adecuados, es más difícil mantener la concentración en tareas prolongadas.
• Problemas de memoria: El cerebro necesita descanso para consolidar la información aprendida. Sin él, recordar detalles y conceptos se vuelve complicado.
• Aumento del estrés y la ansiedad: La fatiga mental puede incrementar los niveles de estrés y ansiedad, afectando tanto la salud mental como física.
• Reducción de la creatividad: El descanso permite que el cerebro se recupere y sea más creativo. La falta de este puede limitar la capacidad para generar nuevas ideas.

Técnicas de estudio efectivas

Cuando te dispones a hacer tu trabajo es importante que tengas presente que debes organizarte y lograr espacios de trabajo y de descanso. Existen muchas técnicas y teorías sobre cuál es la fórmula perfecta para distribuir tu tiempo entre ambas cosas, pero tomar en cuenta tu cuerpo, tus fortalezas y tus hábitos, son la mejor forma de elegir. Algunas opciones son:

Técnica Pomodoro

La técnica Pomodoro es una estrategia de gestión del tiempo que promueve la concentración y la productividad. Consiste en trabajar en bloques de tiempo de 25 minutos, llamados "Pomodoros", seguidos de un breve descanso de 5 minutos. Después de completar cuatro Pomodoros, se toma un descanso más largo de 15-30 minutos. Esta técnica ayuda a prevenir la fatiga mental y mantener un ritmo de trabajo constante. Lee nuestra nota sobre la “Técnica Pomodoro” y conoce todos los detalles sobre ella.

Técnica 90/30

Otra técnica efectiva es la 90/30, que implica trabajar durante 90 minutos seguidos, seguidos de un descanso de 30 minutos. Este método aprovecha los ciclos ultradianos del cuerpo, que son períodos de alta y baja energía a lo largo del día. Al trabajar durante los picos de energía y descansar durante las bajas, se maximiza la productividad y se reduce el agotamiento.

Técnica de los 2 minutos

La técnica de los 2 minutos se centra en realizar tareas pequeñas que se pueden completar en dos minutos aproximadamente, como revisar un correo, marcar un capítulo de tu libro, buscar unas imágenes en línea o colocar notas adhesivas como pie de página en tus apuntes. Esto ayuda a reducir la lista de pendientes y evita la acumulación de tareas pequeñas que pueden convertirse en una fuente de estrés.

Pero estas son solo algunas técnicas para distribuir tu tiempo de trabajo asegurándote que puedas tomar descansos y hacer pausas para recuperar fuerza y seguir trabajando con energía. Tú y solo tú, puedes elegir lo que necesitas, lo que te parece conveniente o lo que funciona según la cantidad de trabajo que tienes.

Consejos para un espacio de estudio ideal

Una jornada de estudio o trabajo académico exitosa, se construye sobre varios puntos importantes, como la distribución del tiempo, técnicas para el estudio, hábitos saludables, organización , etc. Todo esto es indispensable al igual que un entorno de estudio adecuado, pues permite mantener la concentración y la eficiencia. Aquí algunos consejos para optimizar tu espacio:

• Elige un lugar tranquilo: Busca un lugar libre de distracciones donde puedas concentrarte sin interrupciones.
• Mantén tu espacio organizado: Un espacio ordenado reduce el estrés y aumenta la capacidad de concentración.
• Buena iluminación: Asegúrate de tener una buena fuente de luz para evitar la fatiga visual.
• Silla y escritorio cómodos: Utiliza una silla y un escritorio que te permitan mantener una postura adecuada y cómoda.
• Herramientas necesarias a mano: Ten a tu alcance todos los materiales y herramientas que necesitas para evitar interrupciones innecesarias. Asegúrate de tener uno buenos plumones de muchos colores, un lápiz suave que corra perfecto, reglas que no se rompan, tijeras confiables, bolígrafo de secado rápido y todo lo que te haga falta para no interrumpir tu sesión de estudio.

Encontrar el equilibrio entre el estudio y el descanso es esencial para maximizar la productividad, mantener una buena salud mental y lograr tus objetivos académicos sin sufrir un colapso en el camino. Incorporar técnicas de estudio como Pomodoro, 90/30 y la técnica de los 2 minutos, junto con la creación de un espacio de estudio adecuado, sin duda puede marcar una gran diferencia en tu rendimiento. Recuerda que descansar no es tiempo perdido, si no una inversión en tu bienestar y éxito a largo plazo.