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¿Nervios al exponer? Consejos para vencer el miedo a hablar en público

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Hablar en público puede ser una experiencia intimidante para muchos jóvenes. La idea de estar frente a un grupo de personas, siendo el centro de atención, puede desencadenar nerviosismo y ansiedad. Sin embargo, dominar esta habilidad es crucial en la vida, ya sea para exposiciones escolares, discursos universitarios o futuras presentaciones laborales. El miedo escénico es algo común, pero con un poco de preparación y algunas técnicas prácticas, puedes aprender a superarlo y convertirte en un orador seguro y convincente. En este artículo vamos a dejarte algunos consejos que pueden ser muy útiles para tus próximas exposiciones.

Consejos para vencer el miedo a hablar en público

¿Tienes que presentar un trabajo en la escuela muy pronto y no puedes más de los nervios? Tranqui, es perfectamente normal sentir que no lo vas a lograr, que vas a olvidar todo lo que estudiaste o que algunas personas se reirán de ti. Lo cierto es que te estás poniendo en el escenario menos positivo y te estás anticipando demasiado. Necesitas hacer una pausa, tomar aire y poner en práctica los siguientes consejos para afrontar esta experiencia y descubrir que es menos aterradora de lo que imaginas.

Prepárate: La preparación es clave para reducir la ansiedad. Conoce tu material a fondo y practica tu discurso varias veces antes del evento. Si sabes de lo que hablas, no sentirás tanto temor y podrás manejarte con más soltura y confianza a medida que avanzas en tu presentación. Cuanto más familiarizado estés con el contenido, más confianza tendrás al presentarlo. Prepara algunas fichas y utiliza resaltadores para marcar palabras y conceptos clave en caso te pierdes durante tu discurso. 

¿Nervios al exponer? Aquí te ayudamos a perderlos

Respira: Antes de empezar prepárate y ponte en la mejor condición posible. A partir de algunos ejercicios de respiración consciente puedes calmar y serenar cuerpo y mente. Inhala profundamente por la nariz y exhala lentamente por la boca varias veces para relajarte, mientras subes suavemente tus brazos  como queriendo tocar el cielo y llevas las manos al pecho en señal de humildad, al mismo tiempo de la exhalación. Repite esta rutina 10 veces y trata de darle quietud a tu mente y confianza a tu corazón.

Modo positivo: Empezar una presentación sintiendo que lo vas a hacer mal, es condicionarse a que todo sea un fracaso. En vez de partir del peor escenario posible, ponte en modo positivo y convéncete a tí mismo de que todo va a estar bien. Esta técnica puede ayudarte a reducir la ansiedad y elevar tu confianza y tu autoestima.

Conéctate con tu audiencia: Si estás haciendo una presentación en el colegio o en tu instituto, probablemente ya conoces a quienes están en el público, así que no tengas miedo de ellos, pues es probable que se sientan tan nerviosos como tu esperando su turno. En lugar de ver a tu audiencia como una amenaza, concéntrate en establecer una conexión con ellos. Haz contacto visual con diferentes personas y mantén activa su atención. 

Acepta los nervios: Es completamente normal sentir nervios antes de hablar en público, así que no te angusties por experimentar esta fuerte sensación. En lugar de evitar que lleguen a tí, busca formas de controlarla, aplicando la respiración consciente y preparándote muy bien antes del evento. Acepta que el nerviosismo es una parte natural de la experiencia y recuerda que incluso los oradores más experimentados sienten nervios antes de una presentación. Lo importante no es NO sentir miedo, sino aprender a  manejar tus emociones.

Haz tuyo el espacio: Cuando te pares frente a todos, ya sea en un escenario o en el frente de la clase, evita quedarte paralizado en un solo lugar. Camina, mueve tus brazos si lo necesitas, señala o da una vuelta y no tengas miedo de hacer pausas para tomar un sorbo de agua y recuperar el ritmo.

Un poco de humor: Introducir un poco de humor en tu discurso puede aliviar la tensión tanto para ti como para tu audiencia. No tengas miedo de hacer una broma o contar una anécdota divertida relacionada con tu tema.

No temas cometer errores: Todos cometemos errores ocasionalmente al hablar en público. Si te equivocas, no te detengas ni te disculpes excesivamente. Simplemente continúa con tu discurso como si nada hubiera pasado.

¿Nervios al exponer? Aquí te ayudamos a perderlos

Lenguaje corporal: Mantén una postura erguida y segura, con los hombros hacia atrás y la cabeza en alto. El lenguaje corporal adecuado puede transmitir confianza y autoridad, incluso si te sientes nervioso por dentro.

Tu voz: Con frecuencia el miedo y la ansiedad pueden hacer que nuestra voz se haga pequeñita. Cuando empieces tu presentación, debes hablar para que te escuche hasta la última persona de la sala. No grites, solo proyecta tu voz. Repara en la pronunciación y entonación de las palabras que vas a utilizar, pues aunque muchas personas en el público sean tus amigos, estás compartiendo información de manera formal  y debes cuidar la manera en la que te comunicas.

Involucra a tu público: Una manera de hacer dinámica y amena una presentación, es involucrando al público de manera activa, como haciendo preguntas o tomándolos como ejemplo de ciertas situaciones relacionadas al tema. Si tu audiencia puede verse reflejada en la presentación, escuchará activamente y se mantendrá interesada en lo que dices.

Practica, practica, practica: La práctica constante es la clave para superar el miedo escénico. Cuanto más hables en público, más cómodo te sentirás haciéndolo. Aprovecha todas las oportunidades para practicar, ya sea en la escuela, en grupos de debate o en eventos sociales.

Hablar en público puede ser desafiante y por momentos puede parecer imposible de lograr sin sufrir un desmayo o hacer el ridículo, pero con la preparación adecuada y algunas técnicas sencillas, puedes aprender a superar el miedo escénico y a llevar con éxito una presentación o exposición. Esta es una habilidad que vale la pena desarrollar, pues podría ser de mucho beneficio en tu futuro. Recuerda que todos los grandes oradores también comenzaron sintiendo mariposas en el estómago. Con paciencia, perseverancia y práctica, puedes dominar esta importante habilidad y destacarte en cualquier situación que requiera de tu liderazgo y tu conocimiento. ¡Que nada te detenga!

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